Lo que me sucedió fue tan aterrador, ilógico y hasta anormal que mucha gente no querrá creerme. Soy un chico muy tranquilo, apasionado por la lectura y amante de los animales, siempre lo fui. No estoy en mi ciudad de origen, vine porque aquí esta el recinto principal de la editorial, solo estoy de viaje. Estoy residenciado y estoy sin compañía, mis mascotas esta en casa de mi madre. Iba en camino a conseguir un compañero temporal, y de esta forma no sentirme solo mientras estaba arreglando los pequeños ajustes en el libro.
Camino hacia el lugar y me tope con un pequeño gato que no poseía ojos. Extrañamente no me causó miedo o incluso asco. Mas bien sentí mucho pesar por esa pobre criatura. Así que decidí llevármelo, al fin y al cabo iba en busca de compañía. Justo ahora me arrepiento enormemente de haberlo tomado.
Lo lleve al veterinario para que lo revisara y así medicarlo en caso de alguna lesión o alguna enfermedad viral que tenga. Solo tenia una patica lastimada. Era fácil de notar que yo era el único al cual no le daba asco el aspecto curioso del gato. Nunca le puse un nombre como tal y mas aún por no haberme acercado o encariñado tanto con el.
Una vez en casa lo deje que jugara libre por el apartamento. A pesar de su condición parecía tener el resto de sus sentidos muy bien desarrollados. Sabia correr y como desplazarse de un lado a otro. Me daba un poco de alivio saber que por lo menos se entretenía.
Comencé a corregir los últimos ajustes del libro y después me fui a dormir. Todo estaba normal hasta la mañana del día siguiente... Créanme por favor, cuando desperté, había un frente a mí un hombre alto, delgado, viéndome a los ojos, parado a un lado de mi cama, o por lo menos eso creía...pues en realidad no tenia ojos sino unos agujeros gigantes. Grite como toda persona aterrada haría pero estaba petrificado. En ese momento, el hombre deja caer al piso para empezar a andar en cuatro patas, se arrincona hacia la esquina de la habitación, saca de una bolsa una libreta y empieza a escribir.
Tuve la fuerza de levantar la cabeza, apenas podía ver ,el hombre no reaccionaba, ya que estaba concentrado en su libreta, me acerque a la puerta y la intenté abrir. Tenía abajo algo que lo sujetaba; intenté sacarlo, cada vez con mas desesperación y sin ningún efecto positivo. Me acerque a la ventana, estaba tapada con mucho papel de libreta, era la base en la que había empezado a escribir mi libro, apenas unos pocos rayos de sol entraban.
Voltee y desde la esquina el hombre me estaba viendo directamente, con la oscura mirada que me petrificaba. Con mucho miedo me esforcé en preguntarle: ¿Quien eres?, ¿que quieres de mi? La respuesta fue un fuerte maulló a cambio. De inmediato decidí buscar por toda la habitación al gato ciego que había rescatado. No lo encontraba, entonces fue cuando lo entendí todo; que tanto me miraba era mi gato. Aquel que había encontrado en la calle.
Al notar que me había dado cuenta de lo que sucedía, él se me acercó, yo desperado intentaba alejarme de el, y se acurruco conmigo ronroneando, a estas alturas yo estaba por llorar. Tenía mucho miedo. Cuando vi que ya se había dormido, intenté pensar en alguna solución. En el momento no pude hacer nada, pues si me movía seguro el se despertaría. Sin saber como ni porque, me quedé dormido
Volví a despertar y estaba de nuevo en la esquina escribiendo en su pequeña libreta, esta vez me miraba varias veces para luego continuar escribiendo en su libreta. Esta vez, decidí levantarme y acercarme hacia el porque noté que el no quería hacerme daño. Me dio mucha hambre, entonces volvió el miedo y pánico de nuevo. Estaba encerrado en mi propio cuarto, no podía salir. a la cocina, no tenía que comer. Mientras pensaba esto, escuché un pequeño crujido, era el estómago del gato. Le dije un poco tartamudo: "no puedo salir a la cocina, solo si me dejas salir podremos comer. Al oír esto me observo por dos segundos más y volvió a escribir. Seguía encerrado con él.
Solo pude pensar en una cosa, en un solo plan: que me rescataran, en menos de una semana la editorial notaría que no apareció. Ellos buscarían contactarme, no respondería y de esta forma, llamarían a la policía e irrumpirían aquí, si el gato pudo volverse humano, o humanoide, o lo que quiera que sea eso, podrá volver a lo que antes fue, entonces parecerá que simplemente me encerré yo solo aquí, y el gato saldrá inocente y atrapará a alguien más. En este momento comienzo a escribir esto, para que cuando entren aquí y me vean muerto de hambre, lean esto y se encarguen del maldito gato.
Han pasado tres días desde lo último que escribí, muero de hambre y parece que el también, pero no hace nada, solo sigue escribiendo, me sigue mirando. Es como si me estuviese analizando. Soy su experimento humano, un muñeco de pruebas. No entiendo que es lo quiere de mi. Quiero salir de aquí, quiero que se aleje de mi. No le puedo hacer nada, no cambiaría nada, seguiré atrapado aquí si lo asesino. Seguiré su juego, esperaré a que termine su prueba. Quizás de esta forma pueda ser libre y salir de esta. Estoy al borde, ya no soporto estar aquí. AYUDA, NO QUIERO SEGUIR MAS. AYUDA!
Texto encontrado junto a un cuerpo dentro del departamento, el cuerpo se encontró en la cama, sobre él un gato negro y sin ojos. Al cuerpo le faltaban partes de su piel, debajo de las manos habían restos de carne, y lo más espeluznante, parecía que alguien le había arrancado los ojos. Los policías antes de leer esto creían que el estrés había llevado al escritor al borde de la locura, para encerrarse el solo y alimentar a su gato y el mismo con su propia carne, el diario encontrado a un lado del cadáver dio a entender otra cosa. En cuanto los policías entraron al cuarto el gato volteó y los miró con la profunda oscuridad de sus cuencas vacías. Miró fijo a uno de los policías ahí presentes y extrañamente ese fue el único al que el pánico no poseyó, tomó al gato entre sus brazos mientras registraban el lugar. Al irse todos, y antes de que alguien pudiera leer el diario, ese policía se fue directo a su casa con el felino. Desde hace 4 días no se tienen noticias de él ni de su familia.
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